Entrevista al Dr. Jacques Moret
Como líder de la neurorradiología intervencionista, ¿qué piensa del desarrollo y evolución de esta disciplina?
Pienso que la evolución de la radiología neurointervencionista ha mostrado un crecimiento excepcional, muy por encima de todas las esperanzas, incluso las más optimistas. El extraordinario progreso de la imagenología intervencionista, del material de cateterismo y del material implantable, se sincroniza perfectamente en el tiempo, lo que ha potencializado cada uno de los parámetros del éxito actual. La NRI se ha convertido en una disciplina quirúrgica de tiempo completo, por eso debe estructurarse como tal con sus propias listas, y practicarse obligatoriamente en un entorno hospitalario que asocie mínimamente a las disciplinas sinérgicas: neurocirugía, neurología y neurorreanimación. También a lo mejor a la otorrinolaringología, la oftalmología y la cirugía de columna.
¿Cómo percibe el legado de los pioneros en las nuevas generaciones?
La naturaleza humana se mantiene constante independientemente de los colores de piel o de las religiones, yo puedo decir que el legado de los pioneros, como a menudo, será en la mejor situación olvidado y en la peor, combatido, criticado y rechazado. Esto no es importante, puesto que el legado y los pioneros existirán siempre y serán guardados por la historia. Yo espero que además del saber hacer, saber decidir y saber criticar, el legado pueda transmitir simplemente esas ganas irresistibles, que nos han animado con tanta fuerza y abnegación, de progresar por el solo placer de progresar con toda libertad de consciencia y sin limitación material.
¿Cuál cree usted que es el principal reto para los neurorradiólogos actualmente?
El principal reto actual es estructurar mejor la disciplina de la neurorradiología intervencionista, en términos de formación de estos especialistas, con el fin de que estrictos criterios de práctica sean exigidos por la ley y respetados. Si eso no se hace, la disciplina desaparecerá al ser “canibalizada” por el manejo de intereses a beneficio de disciplinas sinérgicas como la neurocirugía y la neurología. Esta opinión significa únicamente que en la ausencia de restricciones reglamentarias, la etiqueta “neurorradiólogo intervencionista” desaparecerá, pero que la disciplina continuará creciendo e imponiéndose desde su absorción, esa que es ya en parte es el caso, en la práctica de la neurocirugía y de la neurología.